Podcast 03: La puerta sigue abierta.
Es interesante notar que Jesús usa esta metáfora para hablarnos de una verdad espiritual. Para entender por qué Jesús dijo, "Yo soy la puerta," debemos remontarnos a los tiempos de Jesús. Investigando acerca de esto, encontré que había dos tipos de rediles: el primero era grande y público, se encontraba en las ciudades y tenía capacidad para varios rebaños de ovejas custodiadas por un portero, el cual las cuidaba durante la noche y dejaba entrar a los pastores por la mañana.
Los pastores las llamaban por su nombre y las ovejas lo seguían, tal como se describe en las Escrituras en Juan 10:1-3:
De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.
El segundo tipo de redil se encontraba en el campo, era un círculo de rocas amontonadas en un muro con una pequeña abertura para entrar en donde el pastor se tendía sobre la entrada por la noche y se convertía literalmente en la puerta, de la cual el evangelio de Juan 10:9 nos dice:
Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
Ahora entendemos por qué Jesús se llama a sí mismo "La Puerta" y también el "Buen Pastor." Jesús en estos tiempos no es la puerta de un rebaño, sino que es la Puerta al cielo.
El evangelio de Mateo 7:13-14 nos menciona:
Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.